Cuando se está inmerso en el mundo de la publicidad y del manejo de todas las herramientas comunicativas para transmitir un mensaje, no resulta extraño el querer, en algún punto del camino, “independizarse” y lanzarse a la locura de montar su propia agencia de publicidad. ¿Es una idea alucinante y un tanto descabellada? Sí, pero no es imposible si al lanzarse al vacío se toman en cuenta ciertos criterios.
“Lo que ayuda a la gente, ayuda al negocio”. Leo Burnett
No se trata de algo nuevo que nadie haya inventando antes, pero tampoco serías el único en intentarlo, y en darle cabida a tus ideales y metas máximas, aunque se trata de mucho más que eso. ¿Crees tener al menos gran parte de lo necesario para empezar? ¿Te has codeado con gente que suma a este proyecto contigo y hay suficiente valentía para enfrentarlo? No lo retrases más.
- No esperes demasiado: ese es de hecho, el primer punto. No lo retrases más. Muchas veces se nos suele ir la vida esperando que el momento adecuado llegue, y al rato nos damos cuenta de que se nos pasó frente a los ojos. Montar una agencia, o ciertamente cualquier negocio, implica tomar una decisión valiente, incluso que parezca que casi no fue pensada, y dar el paso.
- No le tengas miedo al fracaso: un líder tiene esto muy claro, y además de no temerle al fracaso (porque sabe que va a fracasar) entiende cómo superarlo. Aunque sea un cliché, no se nos puede olvidar que el camino del éxito siempre va a estar lleno de obstáculos, que montar un negocio no es igual a ser el protagonista de una peli romántica en donde siempre hay un final feliz, y que hay que tener una gran armadura para aceptar las críticas, los señalamientos y porciones de negatividad. Tú, toma lo que te sirva, lo demás deséchalo, y sigue tu camino.
- La diferenciación como punto de partida: lo sabemos, hay miles de miles de agencias de publicidad, y todas “son las mejores” y formarán parte inevitable de nuestra competencia. Pero esto no significa que no puedas llegar al mercado con un aporte diferenciador, que haga que otros emprendedores (como tú) se puedan fijar en tu trabajo. Ciertamente no podrás competir con los grandes monstruos de la publicidad, pero siempre hay un nicho propio que vamos construyendo a fuerza de trabajo, estrategia, y costos accesibles que son perfectos para quienes están empezando.
- Cree en tu equipo: la dosis de humildad también es necesaria para llevar este tipo de proyectos, y que no se desmoronen recién empezando. Si nos ponemos demasiado altaneros vamos a terminar trabajando solos y por ende, yendo directo hacia el fracaso. El trabajo en equipo es fundamental, darle a cada quien el trozo que le corresponde, y llevar, un liderazgo más que una jefatura, es parte de un proceso que suele caminar positivamente.
- Toma tus casos de éxito (grandes o pequeños) como bandera: Hoy en día muchas agencias suelen trabajar como si estuvieran en una campaña política constante, y más bien pueden terminar generando desconfianza. Para que la gente apueste por tu trabajo, no solo se necesita dictar conferencias magistrales o lanzar discursos llenos de tácticas superdotadas. Si no hay hechos que soporten tus palabras, no tienes nada que mostrar.
- Crea buenas relaciones: se dice que la publicidad es el arte de crear conexiones y buenas relaciones con las personas, y esto es completamente cierto. Si se trata de dejar un mensaje que cale en el corazón de la gente, no podemos ganarnos su confianza prometiendo utopías, limitando la comunicación con nuestros posibles clientes, y mintiendo. En este mundo frívolo parece que estas cosas funcionaran, pero a la larga, no harán más que derrumbar nuestra reputación.
- Hay un equilibrio entre ser optimista y ser realista: se necesitan ambas dosis para que algo pueda funcionar. Es imposible no ser optimista cuando se empieza un negocio, porque tampoco se trata de comenzar algo sin la aspiración de triunfar en algún punto del camino, pero, ya lo hemos mencionado, no se nos puede olvidar que no todo es color de rosa, siempre. Las subidas y bajadas son constantes y hay que buscar la manera de mantenerse, emocionalmente, en equilibrio.
- Toma en cuenta la energía positiva con buenas acciones: existen algunas acciones, que a lo largo de nuestro caminar, podemos ejecutar para que nuestra marca se imprima de positivismo y buena vibra. Las acciones solidarias, por ejemplo, forman parte de experiencias que siempre resultan gratificantes y significativas. Creemos que tarde o temprano, nos dejan una enseñanza, y por qué no, hasta un nuevo cliente.
- Di que no cuando lo creas necesario: Aunque al principio, sientas demasiada presión por tener que pagar salarios y facturas, debes aprender desde la hora cero, que esto no significa que traiciones los valores de tu agencia, o los tuyos propios, aceptando cualquier cliente. Aprende a decir que no a su debido momento, que el mundo no se detendrá por ello.
- Saber escuchar: la organización, formación del equipo de trabajo y definición de roles es fundamental en cualquier comienzo. Aprende a escuchar qué tienen que decir los demás y no siempre creas que eres el único que se las sabe todas. Presta atención a tu alrededor, y no dejes escapar un sabio consejo, porque es te ayudará a llegar a donde quieres.