“En la próxima década, (…) la mayoría de las personas descubrirán que el vínculo geográfico se está disolviendo. Sucederá gradualmente y la gente tardará en darse cuenta de que está ocurriendo una revolución, pero al final de esos diez años, la mayoría de las personas en los países desarrollados, el mundo se encontrará libre para vivir donde quiera y viajar tanto como quiera. (…) Los humanos podrán preguntarse: ‘¿Soy un nómada o un colono?’ «
Makimoto / Manners 1997: 2-3.
La mayoría de los artículos sobre los orígenes del nomadismo digital comienzan con la cita anterior, de Makimoto y Manners. En 1997. El escritor estadounidense David Manners y el científico e ingeniero informático japonés Dr. Tsugio Makimoto escribieron un libro con el título correspondiente ‘Digital Nomad’. Makimoto y Manners imaginan un mundo en el que los cambios inevitables en actitudes, tecnología y comunicación dan como resultado la creación de nuevas comunidades de trabajadores remotos itinerantes, a los que llaman ‘nómadas digitales’. En este nuevo mundo, los individuos podrían elegir libremente entre ser nómadas o ser colonos.
A partir de este pensamiento revolucionario, 10 años después o quizás un poco más, los medios de comunicación empezaron a dominar el término:
En el 2008, por ejemplo, The Economist publicó un artículo con el título ‘Nomads at Last’, en el cual, los autores describen un nuevo tipo de trabajador urbano, que gestiona la vida cotidiana a través de estar constantemente conectado a Internet.
El término rápidamente ganó reconocimiento internacional. En 2010, el New York Times describió un nuevo tipo de trabajador de TI, uno sin un lugar de residencia constante, y en 2014 el French Huffington Post declaraba el nomadismo digital como un «nuevo modo de vida 2.0″
Desde entonces, el interés de la gente por saber más de este nuevo estilo de vida aumentó. En 2015 se registró la mayor cantidad de búsqueda en Google del término “Nómada digital”, hasta ese entonces, y cada vez más personas se encaminaban a experimentarlo.
El término ‘nómada’, por tanto, experimentaba un cambio realmente importante en su significado en los últimos 100 años. Mucho antes de la invención de la World Wide Web por el rockstar tecnológico Tim Berners-Lee en 1989 (que finalmente condujo al gran éxito de Internet, lo que permitió la revolución digital), misioneros extranjeros, antropólogos y representantes estatales han utilizado el término como una descripción colectiva normativa para grupos de personas que se mueven de un lugar a otro.
Como tal, el término siempre ha sido una atribución externa; nunca una auto-designación por parte del grupo mismo. Las formas de vida nómadas y sedentarias se construyeron en oposición y en conflicto latente entre sí, con el nomadismo etiquetado como primitivo y bárbaro, y el sedentarismo como moderno y civilizado.
Fueron los filósofos franceses Gilles Deleuze y Félix Guattari en 1980 quienes volvieron a acuñar el significado del nomadismo. En «Mille Plateaux», los autores desarrollaron una forma de pensar nómada que caracteriza la vida nómada como transfronteriza, anti-tradicional y anticonformista (un concepto filosófico conocido como ‘nomadología’). Los nómadas de Deleuze y Guattari son creativos e innovadores; su pensamiento se opone al pensamiento nacional.
En el curso de la globalización, la individualización y la digitalización, académicos como Marshall McLuhan, Paul du Gay y Zygmunt Bauman identificaron nuevos tipos de nómadas progresistas e independientes en un mundo cada vez más conectado, pero fue además, particularmente notable, el trabajo del francés Jacques Attali quien, en la década de 1980, propuso una tipología de futuras formas nómadas de vida.
Attali, anticipó un mundo socialmente dividido en el que una pequeña clase soberana de hipernómadas con acceso indefinido a la tecnología y las oportunidades, produce y manipula información, moviéndose por el mundo de forma libre e independiente.
Igualmente interesante es el trabajo del antropólogo estadounidense Anthony D’Andrea de 2006. Refiriéndose a la noción de Deleuze y Guattari de una identidad nómada. D’Andrea describe una forma de ‘Neo-Nomadismo’ en el contexto de un mundo cada vez más globalizado y móvil.
La identidad nómada «no se basa en nostalgias étnicas o nacionales, sino en una comunidad de práctica y estilo de vida contrahegemónicos». (D’Andrea 2006: 102.) D’Andrea describe a los neo-nómadas como «personas desplazadas con mentes desplazadas». (Ibíd .: 99.)
Hoy en día, el término nómada digital se utiliza principalmente para describir una vanguardia altamente privilegiada, principalmente joven, de trabajadores (en su mayoría occidentales) con el objetivo de desafiar las normas sociales. Dada una conexión a Internet confiable y un dispositivo de conexión, esta élite digital puede trabajar desde cualquier parte del mundo.
En la actualidad, el concepto de nomadismo se ha llevado además, muy directamente al plano del marketing digital Una cantidad indefinida de libros electrónicos, podcasts y cursos en línea brindan orientación, información y aliento a cualquier persona interesada en la vida nómada. Los eventos nómadas digitales como los festivales DNX o el Crucero Nomad atraen cada vez más participantes año tras año, vendiendo el sueño del trabajo remoto.
Si bien los primeros nómadas digitales tenían que ver con, vivir el sueño de ‘La semana laboral de 4 horas’, empleando prácticas de geoarbitraje y subcontratación barata para construir sus imperios en línea, cada vez más nómadas comienzan a comprender y están dispuestos a asumir sus responsabilidades sociales. Iniciativas como Nomads Giving Back y Social Nomads están encontrando formas en que los nómadas digitales pueden contribuir significativamente a sus comunidades y sociedades de destino en todo el mundo.
¿Quiénes son los nómadas digitales de la actualidad?
Los nómadas digitales de hoy son profesores de idiomas en línea, asistentes virtuales, diseñadores gráficos, entrenadores de vida, especialistas en marketing en línea, consultores y desarrolladores que buscan un estilo de vida alternativo. El nomadismo digital es mucho más que un patrón de movimiento: es una mentalidad que abarca la libertad, la independencia y la autosuficiencia. Como tal, también es una crítica de los estándares y valores sociales (de trabajo) comunes.
No hay duda de que el fenómeno llegó para quedarse. El desafío para los próximos años es cómo hacer que el nomadismo digital sea una alternativa de estilo de vida sostenible, y no solo una para una élite occidental ya altamente privilegiada. Ante una realidad laboral cada vez más móvil y digital, los gobiernos de todo el mundo necesitan encontrar formas de utilizar los beneficios del nomadismo digital y mitigar sus riesgos. Las soluciones que encuentren influirán en gran medida en la forma futura de la fuerza laboral global.